tag:blogger.com,1999:blog-24745276629685242772024-02-07T06:46:52.867-08:00Calla, Sr. SilencioSr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.comBlogger77125tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-15632353277002588472014-11-04T05:48:00.003-08:002014-11-04T05:48:46.773-08:00Habitación número 40<div class="MsoListParagraph" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;"> </span>Sigue, por favor – dice Lola.</div>
<div style="text-align: justify;">
Las tijerillas se quedan quietas en sus dedos, en el aire, abiertas, esperando. Hasta que Guillermo, el huésped de la habitación 28, continúa con su historia: el globo aerostático flotando entre las nubes, el paisaje de piedras ennegrecidas y de árboles retorcidos, las expresiones de horror de los turistas.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Fue mi último vuelo, ya no fui capaz de pilotar – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Las tijerillas siguen la cadencia de las palabras, se abren y se cierran, desbrozan, recortan, trazan límites en el cabello negro y espeso de Guillermo. Las manos trabajan como autómatas mientras Lola escucha el final de la anécdota.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Y todo es igual en todas partes – dice él.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ya está, hemos acabado, Guillermo – dice ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella desata la funda de almohada que ha colocado alrededor del cuello de Guillermo y la sacude. Los cabellos se deslizan hasta los azulejos blancos del cuarto de baño. Él observa el resultado en el espejo, da las gracias y se va.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras barre, ella repasa los detalles, siente la brisa helada en el rostro, descubre el vértigo en la distancia hasta la tierra, acaricia la corteza muerta de los árboles. Las palabras tampoco tienen vida, piensa, y se sorprende.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Isabel, ya puedes pasar – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando alguien acude por primera vez, Lola explica: el corte es gratuito, sólo pido a cambio una historia, la que quieras, no tiene que ser verdad, sólo cuéntame una historia mientras te corto el pelo. Y todas las historias hablan del pasado como si los huéspedes del hotel no fueran capaces de agarrar el presente, darle forma, contarlo. Como si el pasado hubiera dejado la puerta cerrada y no pudieran descorrer el pestillo para escapar. </div>
<div style="text-align: justify;">
Isabel ya conoce el trato. Por eso, se sienta y pregunta:</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Dónde me quedé la última vez, Lola?</div>
<div style="text-align: justify;">
Y Lola siempre lo recuerda. Recuerda los tres divorcios de Isabel y también las travesuras del hijo mayor de Ramón cuando iba al colegio, la detallada biografía de cada una de las vacas que tuvo Carla en su granja. Recuerdos que le parecen hoy una trampa, y se sorprende.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Era un aburrido y además se enfadaba cuando salía con mis amigas – dice Isabel.</div>
<div style="text-align: justify;">
Luego, calla un instante. Cuando un huésped se queda en silencio, recordando un detalle, eligiendo qué contar, ella detiene las tijeras y escucha la conversación de los huéspedes que esperan a que les corte el pelo. Pero hoy no hay nadie y Lola se descubre desorientada, atrapada por el exmarido de Isabel, colgada del último vuelo desolado de Guillermo. La puerta cerrada, el pestillo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Te has fijado en el camarero que está en el bar por las noches? – dice Lola.</div>
<div style="text-align: justify;">
En el espejo se refleja el desconcierto de Isabel pero luego suelta un suspiro.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ay, sí, pero nada que hacer, dicen que tiene un affaire con…</div>
<div style="text-align: justify;">
Se escucha un clic, un descorrimiento, y Lola sonríe, las tijeras retoman la cadencia de las palabras, desbrozan, recortan.</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-35969497350034597982014-10-28T06:07:00.000-07:002014-10-28T06:07:56.523-07:00Habitación número 35<div style="text-align: justify;">
Algunas noches, un sábado o un martes, de madrugada, ella se tiende en la cama, arropada por la respiración lenta de él, que duerme a su lado. Cierra los ojos. <i>Estoy de rodillas, inclinada, y apoyo las manos en el colchón. Besas mi espalda, me bajas las bragas, tus labios descienden y se cuelan entre mis piernas. Me río y no puedo evitarlo, no puedo parar, me dejo caer sobre la cama. ¿Qué pasa?, dices. Te miro de lado a través de los mechones de pelo que se derraman sobre la sábana. Es tu bigote, lo siento. Me das un cachete con fuerza en el culo. Me duele y me río. Qué bruto eres. Pero repites el golpe y una sombra roja se extiende por la piel. Ahora chillo. Shhh, nos va a oír tu compañera de piso, dices. Hazlo otra vez.</i> El hueco de sus muslos es un refugio y sus dedos se empapan de recuerdos, ahogan la oscuridad, las paredes, las noches sin estrellas.<i> Ven, aquí, sobre la mesa. Así, soy la actriz de la película que acabamos de ver. Abro las piernas como ella y coloco mi mano en tu cinturón. La hebilla estalla. Dejo que caiga el pantalón. No, no, espera. Bésame en el cuello, en el hombro. Así. Ahora quítame la camiseta, deja el sujetador, ella llevaba el sujetador puesto. Acércate, di mi nombre al oído. Te equivocas: no soy yo, soy ella. Por eso, muerde sus labios, así, hiere sus caderas, así, entra en su vientre. La mesa cruje, cruje, cruje, todo se derrumba pero sus piernas te sostienen en el vacío. Derrámate en ella y di mi nombre, grítalo. Te equivocas: yo soy ella.</i> La sábana que cubre su cuerpo es un paisaje tembloroso. El colchón, un patio de recreo: ella se desliza, suda y jadea, abre surcos en la tierra. <i>Las olas mecen mis pechos ingrávidos; flotan como si quisieran escapar a otras costas, pero tú lo evitas, los atrapas en tus manos. Me besas y todo es humedad. Te aprieto contra mí con fuerza y te miro a los ojos. Mis dedos te acarician con torpeza bajo el agua. Hay gente, dices. Lo sé. Te desato el bañador, anclo mis pies en tus muslos, y dejo que el mar me sostenga con sus dedos de espuma. El sol brilla en mis pezones, en tus hombros, en las crestas de agua que nos envuelven. El roce es áspero al principio, tus huesos clavándose en mis huesos. Luego: explorar un abismo, tus ojos abiertos, un disparo de arena, la sal en mis labios, el vaivén de dos cuerpos que alguien observa desde la playa.</i> Alguna de esas noches, un sábado o un martes, él se despierta y sus cuerpos son de nuevo presente, carne sólida, ojos abiertos en la oscuridad. Pero, casi siempre, ella finalmente se acurruca exhausta junto a él, que duerme a su lado, extiende una mano agitada, posa sus dedos en la espalda de él y, así, se queda dormida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: start;">---------------------------</span><br />
<br style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;" />
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/101170038746/lorenzo-mattotti-habitacion-numero-35" target="_blank">Raíces</a><span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-53031778753944058012014-10-14T06:02:00.000-07:002014-10-14T06:03:14.443-07:00Habitación número 21<div style="text-align: justify;">
Lucas es un niño moreno con ojos respondones. La guitarra le queda grande y sus manos luchan para marcar los acordes. Su lengua asoma entre los labios y baila con cada nota. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Entonces eras rica? – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Invento un acento extranjero, marco mucho las erres y dejo que las eses se deslicen con suavidad por mis dientes.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Un poco, pero el dinero no me interesaba – digo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y tenías un castillo? – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No, un castillo no. Vivíamos en una casa de campo en otro país y era tan grande que me perdía todo el rato. Pasaba días enteros sin ver a mi familia. Teníamos granjas de cerdos y vacas lecheras.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Yo si tuviera mucho dinero compraría un castillo para vivir con mis padres.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y vuestra casa?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Mis padres dicen que se la llevó el agua y que ahora viven peces en mi habitación.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando termina la clase, la madre de Lucas toca en la puerta con suavidad y luego se lo lleva de la mano por el pasillo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Manuela llega siempre tarde, sola y con las pecas despeinadas. Su pelo rojo brilla con la luz de las velas. Se le engancha la mochila con el picaporte y luego se golpea con la silla en la pierna. No dice nada porque nunca dice nada. Sólo dice sí y no y gracias y hasta mañana. Aprieta el boli con fuerza y dibuja corcheas y semifusas hinchadas como pompas de jabón.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Te va a salir un cardenal y te dolerá un poco si te tocas. A mí me salían muchos cuando jugaba al fútbol. Fuimos campeonas de Europa cuando eso todavía tenía sentido. Y me gustaba el dolor de los moratones, me los tocaba con el dedo, no podía parar. Es como cuando algo te pica y no puedes parar de rascarte. Ese tipo de dolor – digo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Manuela sigue callada, dibuja globos aerostáticos elevándose por encima de un pentagrama de horizontes. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Yo era delantera y metía muchos goles.</div>
<div style="text-align: justify;">
Manuela se tropieza con la funda de la guitarra al irse, trastabilla un poco pero no se cae. Hasta mañana, dice, y en la puerta ya está esperando Carlota. Carlota es mi preferida porque hace muchas preguntas. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Dónde aprendiste a tocar?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Yo sola en mi habitación, con vídeos de Internet.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿No tuviste una profe como tú?</div>
<div style="text-align: justify;">
- No, mis padres no quisieron. No podían pagarlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Mis padres te pagan?</div>
<div style="text-align: justify;">
- No, es diferente. Cuidado, se te escapan las notas.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Por qué es diferente?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Así funcionan las cosas ahora.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y antes?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Antes yo tocaba en una banda y era famosa. No daba clases de música.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ah.</div>
<div style="text-align: justify;">
A veces me cruzo con los padres en los pasillos o en el comedor, y en sus miradas también hay preguntas. Quién es ella. De dónde viene. Yo me pregunto cuál será su escapatoria de este presente apelmazado, cuál será la ventana por la que sacan la cabeza y respiran.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: start;">---------------------------</span><br />
<br style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;" />
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/99991271201/esta-historia-de-alessandro-baricco" target="_blank">Raíces</a><span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-72642568149490696672014-10-07T07:12:00.000-07:002014-10-07T14:45:02.144-07:00Habitación número 59<div style="text-align: justify;">
La habitación número 59 se ha incendiado. No sabemos cómo ha pasado pero el fuego ha empezado en el televisor y luego se ha extendido por el escritorio y la silla. Una gran llama que ha iluminado el pasillo de la quinta planta y al principio todos nos hemos quedado mirándola, maravillados. La señora Montfort, la huésped de la habitación número 59, estaba en bata en el pasillo y sonreía. Le hemos preguntado si estaba bien y nos ha indicado que sí con un alegre movimiento de cabeza. Sus gafas se han deslizado hasta la punta de su nariz y allí se han quedado. Luego, nos hemos organizado para apagar el fuego, hemos hecho una cadena desde la cocina hasta la habitación, atravesando el comedor, escaleras arriba, y nos hemos ido pasando cubos, vasos, jarrones con agua. Poco a poco, el fuego se ha ido extinguiendo y cuando sólo quedaba una pequeña llama anaranjada subida a uno de los brazos del perchero la señora Montfort nos ha pedido que no la apagáramos, que sería como tener una vela silvestre en la habitación. Le hemos preguntado que si no tenía miedo de que el fuego pudiera extenderse otra vez y nos ha dicho que tiene suerte porque puede elegir cómo va a morir y no todo el mundo puede hacerlo, así que nos hemos ido satisfechos.</div>
<div style="text-align: justify;">
De todos modos, lo hemos hablado mientras preparábamos la comida y no hemos podido evitar sentirnos preocupados. Hemos vuelto a subir hasta la habitación para ofrecerle un cambio, que se traslade a la habitación número 38, que está libre aunque es verdad que el somier está estropeado. Ella estaba mirando la mancha negra que ha dejado el humo en la pared donde antes colgaba el televisor. Se parece a Manuel, ha dicho. Y luego nos ha contado que Manuel fue su novio, hace muchos años, pero que murió trabajando en una obra, se le cayó un muro encima y ella se quedó esperando. Y ahora su rostro está en la pared de su habitación. Tuvo que ser muy guapo, le hemos dicho, y luego, mientras bajábamos las escaleras, hemos discutido porque algunos no han visto el rostro de Manuel sino otras cosas: un sol atardeciendo, un perro con la lengua fuera, una tarta de galletas y chocolate.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esta mañana le hemos llevado el desayuno a la habitación, porque a la señora Montfort le cuesta bajar las escaleras hasta el comedor, pero no nos ha abierto la puerta. Hemos llamado tres veces y al final hemos tenido que usar la llave maestra. La hemos encontrado tumbada en la cama, con los ojos muy abiertos detrás de las gafas y una sonrisa en los labios: miraba a Manuel en la pared. Ya no respiraba. Hemos pensado que quizás ha sido por inhalar el humo de la llama que baila en el perchero pero luego nos hemos dado cuenta de que eso es imposible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: start;">---------------------------</span><br />
<br style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;" />
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/99402669806/synecdoche-new-york-habitacion-numero-59" target="_blank">Raíces</a><span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">.</span></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-19680969459803585322014-10-01T02:05:00.001-07:002014-10-01T02:10:48.283-07:00Habitación número 29<div style="text-align: justify;">
Jugamos a las tinieblas. La mujer se da la vuelta y yo me meto en el armario, debajo de la cama, detrás de la silla, y ella avanza en la oscuridad, se golpea con la cama, con la esquina del escritorio, con el almohadón que he dejado en el suelo, y me tapo la boca para que no me oiga reír. Y la mujer dice mi nombre, me llama a gritos como si yo estuviera lejos, pero yo no respondo y nunca me pilla, le pellizco por sorpresa los tobillos desde debajo de la cama, salgo del armario de puntillas y le doy un susto por la espalda, ella chilla y luego ríe y dice que soy muy lista y que otra vez. Pero yo ahora quiero jugar a los indios y vaqueros, y yo soy una india y tengo el pelo largo y negro, y le ato las manos con su cinturón y bailo a su alrededor y la mujer pone cara de miedo porque cree que le voy a cortar la cabellera. Y me dice que cante, que cante alto, porque eso es lo que hacen los indios cuando capturan a un vaquero. Es una mujer simpática y también es una mujer importante porque da órdenes y todos obedecen, y me ha traído a esta habitación y mi padre no ha dicho nada, se ha quedado con mi madre porque ya viene mi hermano, lo está sacando mi madre de su tripa. Eso me lo ha dicho la mujer aunque yo ya lo sabía. Y yo canto y la mujer canta, pero me canso de girar y me siento en el suelo. Y entonces se escucha un grito y la mujer me dice que si quiero un caramelo y se mete una mano en el bolsillo de la chaqueta, y luego extiende los puños y me dice que si adivino dónde está el caramelo me lo da. Y yo señalo una mano pero está vacía y de todos modos me lo da. Es rojo y se me pega a los dedos y sabe a fresa. Le doy vueltas en la boca y hace ruido al chocar con mis dientes. Y la mujer me dice que a qué quiero jugar pero entonces se oye un grito y su cara se pone seria, y luego se oye otro grito y yo muevo el caramelo con la lengua para que dé golpes contra mis dientes. La mujer pone su mano en mi cabeza y me revuelve el pelo, se ha olvidado de jugar y mira a la puerta de la habitación que está cerrada. La mujer me despeina aunque no me importa porque ya parezco una salvaje, me lo dice siempre mi madre, que parezco una salvaje con estos pelos y me lo dice triste aunque no sé por qué, a mí me gusta ser una salvaje. ¿A qué jugamos?, dice la mujer, y otro grito, y el caramelo es tan pequeño que ya no hace ruidos en mi boca.<br />
<br />
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: start;">---------------------------</span><br />
<br />
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/98877636766/dara-scully-sleeping-beasts-habitacion-numero" target="_blank">Raíces</a>.</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-15124508675104433722014-09-23T01:23:00.000-07:002014-09-23T01:24:14.780-07:00Habitación número 12- Ésta es la última vez que me abrazas – le he dicho.<br />
Él ha dicho: No hables así, no lo sabes. Y luego se ha quedado dormido.<br />
<div>
El colchón me atrapa en sus precipicios, las sábanas se enredan en mis piernas. Me levanto de la cama, lío un cigarrillo y fumo asomada a la ventana. Al otro lado no hay nada y el frío aligera mi cuerpo. Quedan unas horas para que amanezca y cuando lo haga tendré que irme sola de aquí, buscar otro lugar.<br />
<br />
- ¿Qué te pasa? – le he dicho.<br />
Él ha dicho: Nada.<br />
- ¿Qué te pasa?<br />
- Nada.<br />
Y luego, mirando las fachadas apagadas de los edificios, ha dicho: Me gusta esta ciudad, no me importaría quedarme aquí un tiempo.<br />
- Es imposible que te guste esta ciudad – le he dicho – es imposible que te guste ninguna ciudad. Están todas muertas y no pueden gustarte los muertos.<br />
<br />
Doy una calada y le miro dormir. La cicatriz de su espalda se estira lentamente con cada inspiración y quiero recorrerla con los dedos, detenerme en sus aristas otra vez, la última, a cambio de todas estas noches de ojos abiertos. <br />
<br />
- ¿Qué te pasa? <br />
- Nada.<br />
Hemos llegado temprano a la ciudad después de varios días de viaje. La hemos recorrido en silencio. Hemos entrado en casas llenas de polvo, casas postradas, casas que ya no son casas. He encontrado una vieja radio de pilas en un cajón y la he guardado en mi mochila. Él me ha mirado con tristeza. Hemos recorrido museos en los que sólo quedaban los carteles con nombres que ya no significan nada. Hemos encontrado un parque lleno de huecos: alcorques sin árboles, esqueletos de toboganes, piscinas de arena sin castillos. Me he sentado en un columpio oxidado que crujía al bajo mi peso. Mis pies colgaban en el aire.<br />
- Empújame – le he dicho.<br />
Pero él lo miraba todo como si recordara.<br />
<br />
Su cuerpo está inmóvil, como esta ciudad, como todas las ciudades, como la capa de polvo que cubre el cielo y las aceras y las carcasas de los coches. Todo es quietud. Me pregunto si sueña, si eso es posible. Pero él ha dejado que el polvo ocupe también su piel. Sólo escapa su cicatriz que se estira lejos de mis dedos.<br />
<br />
Hemos entrado en un bar cerrado y hemos encontrado algunas latas de cerveza en la despensa. Nos las hemos bebido sentados sobre la barra. Me ha gustado recuperar esa sensación de vértigo pero él me miraba con tristeza.<br />
- ¿Qué te pasa? – he dicho mientras deambulábamos por las calles oscuras.<br />
Se ha quedado callado y luego se ha roto, ha empezado a llorar.<br />
- No puedo más, quiero quedarme aquí – ha dicho – Lo siento.<br />
- Ven, hablemos – he dicho.<br />
Y hemos entrado en este hotel y ahora está a punto de amanecer y yo tendré que irme sola.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: justify;">
<span style="text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: justify;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px; text-align: justify;">
<span style="text-align: start;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/98214924076/habitacion-numero-12" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-21204904852878451892014-09-16T01:34:00.000-07:002014-09-16T01:35:15.659-07:00Habitación número 27<div style="text-align: justify;">
Ella está desnuda en la cama y dice:</div>
<div style="text-align: justify;">
- Quiero que dibujes una constelación en mi espalda.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se pone boca abajo y espera a que él encuentre su rotulador. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Dibuja un pájaro, un cuervo – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él se sienta sobre ella, atrapa sus caderas con las piernas y la besa en la frontera entre el cabello castaño y la piel. Luego dibuja líneas negras que recorren la espalda de ella, de lunar en lunar, y poco a poco da forma a un ave de pico afilado que agita las alas y observa la habitación posada en la escápula.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ahora quiero que dibujes un árbol, un enorme árbol que abarque el cielo con sus ramas – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él desciende por su cuerpo y se detiene al final de su espalda. Elige un lunar junto al surco de la columna vertebral y desde él traza una primera línea que sube y luego otra que baja en paralelo; ahora las ramas que se abren a los costados, abrazan por detrás sus pechos, con timidez; y por último las raíces que se infiltran con sed entre sus piernas. Cuando termina, él acaricia con suavidad la corteza del tronco, recorre con los dedos sus nudos y asperezas. Luego, aunque ella no se lo ha pedido, dibuja un cometa que cae desde la cadera, cruza la espalda y deja un hoyuelo al morder la carne. </div>
<div style="text-align: justify;">
El cuervo se agita, las ramas susurran, ella se incorpora y se sienta en el borde de la cama.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Quiero verlas – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se levanta y se acerca al espejo, observa las constelaciones en el reflejo. Su espalda es un cielo que amanece y las estrellas brillan con la tenue luz que entra por las ventanas.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Un cometa – dice. </div>
<div style="text-align: justify;">
Él asiente y esboza una sonrisa. Ella recorre las líneas que él ha dibujado, su dedo viaja con lentitud de peca en peca. Se detiene: ha deshecho uno de los trazos, un ala del cuervo se quiebra y la onda expansiva llena de silencio la habitación. Ella pierde la mirada en el polvo que cubre el cielo al otro lado de los cristales.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Quiero que borres las estrellas de mi espalda porque no existen, ya no hay estrellas – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella le coge de la mano y lo lleva hasta el cuarto de baño. Abre el grifo, pone el tapón y deja que corra el agua. Luego, lo desnuda. Se miran sin decir nada mientras se llena la bañera; ella se recoge el pelo con las manos y el universo se expande en su piel, las alas de cuervo heridas se despliegan y rozan las ramas del árbol.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Siéntate – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él se sumerge en la bañera y ella se coloca de espaldas, en el hueco de sus piernas.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Bórralas – dice – ya no hay estrellas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">
<span style="text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">
<span style="text-align: start;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/97637189306/we-have-our-own-stellar-constellation" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-83199224065719556352014-09-09T00:38:00.002-07:002014-09-09T00:46:43.286-07:00Habitación número 7<div style="text-align: justify;">
El pelo que se acumula sobre mis pechos es como todo lo que hay más allá de la habitación. Escombros. No sé cuándo va a parar, no sé cuándo acabará esta demolición, este siseo de destrucción que recorre mi cabello mojado con cada movimiento de sus manos. Todo se está derrumbando en pequeños cabellos negros sobre nuestros hombros y él no deja de cortar, sus dedos se niegan a soltar las tijeras. Le observa en el espejo, confiado, desnudo, y me veo sentada en esta silla de hotel incómoda. Me retuerzo un poco pero no hablo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él ha dicho antes: Te cortaré el pelo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ha dicho: Tenemos que cambiar, escondernos, convertirnos en otras personas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Pero eso ya lo hemos hecho: hemos dado otros nombres en recepción, hemos fingido querernos, hemos inventado una sonrisa.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ha dicho: Te cortaré el pelo y después me lo cortarás tú a mí.</div>
<div style="text-align: justify;">
También hay cabellos en el suelo. Son tan finos que al principio casi no se distinguen en el suelo del cuarto de baño. El suelo del cuarto de baño está frío. Cada vez se amontonan más cabellos en el suelo, cada vez más, y poco a poco van cubriendo las baldosas. Así es como se extiende un cáncer: pequeñas rendijas oscuras que se ensanchan y lo absorben todo hasta que ya es demasiado tarde. Y él sigue cortando, y el peso de los mechones sobre mis pechos desnudos, y el suelo frío del cuarto de baño, y todo ese estúpido dinero que a nadie le importa en la mochila, sobre la cama, y la pistola.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él ha dicho antes: No nos va a hacer falta, pero es mejor tenerla.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ha dicho: Yo me ocupo de ella, no te preocupes.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él sigue cortando aunque no sé qué está haciendo, las tijeras se abren camino en mi cabeza, el siseo, y yo no quiero ver el desastre que dejan a su paso, miro los mechones que caen en mis pechos y también en el suelo. Son como culebras húmedas y están a punto de trepar por mis pies descalzos, a punto de arrastrarse por mis piernas hasta adentrarse en mi cuerpo, ocuparlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él dice: Estás muy bien así.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero eso es imposible.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dice: Ahora tú.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero yo no quiero levantarme de esta silla incómoda, no quiero coger las tijeras y contribuir al derrumbe de todo, no quiero oír cómo se despeñan sus cabellos como cascotes sobre el suelo del cuarto de baño.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dice: Venga, me vas a dejar guapo, ya verás. Y entonces seremos Alberto y Lupe. Lo olvidaremos todo y empezaremos de nuevo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero yo no quiero ser Lupe, no quiero empezar de nuevo. Quiero terminar, dejar de huir.</div>
<div style="text-align: justify;">
Dice: Venga.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él se agacha y me besa. Me aferro con fuerza a su cuerpo caliente, sus labios saben a ceniza.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me suelta y me ofrece las tijeras. En el espejo, una mujer desnuda se levanta, no soy yo, coge las tijeras, no soy yo, no soy yo, no soy yo...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">
<span style="text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.4799995422363px;">
<span style="text-align: start;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/97042155066/1-amanda-and-kristian-in-dieppe-spring-2009-2" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-18206678016986402902014-09-02T00:57:00.000-07:002014-09-02T00:57:05.543-07:00Habitación número 1<div style="text-align: justify;">
El viejo dinero ya no sirve para nada. Por eso, la directora deja que los huéspedes paguen con lo que puedan. Algunos ofrecen su vajilla; otros, maletas llenas de ropa. Hay incluso quien deja sus viejos álbumes: en las fotografías son más felices y apenas se les reconoce. Van dejando lo que no pueden llevar en su viaje. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hemos acordado que lo vamos a guardar todo (zapatos de tacón, cepillos eléctricos, gafas de sol) en la habitación número 1. No queremos tirar nada porque no sabemos lo que puede ser útil algún día. </div>
<div style="text-align: justify;">
Los manteles de hilo los usamos en el comedor y quedan bien porque no hay ninguno igual, y es una pena porque cada vez menos huéspedes bajan a comer. Todos los lunes vamos al mercado con la intención de hacer intercambios, pero los pocos tenderos que quedan tienen las estanterías casi vacías. Abren sus puestos porque no saben hacer otra cosa, porque eso es lo que han hecho siempre. Nosotros, mientras abran sus puestos, seguiremos yendo los lunes. Por si acaso.</div>
<div style="text-align: justify;">
A veces, los huéspedes nos ofrecen revistas ya antiguas y nosotros arrancamos las hojas (porque no dicen nada que sea verdad) y hacemos bolas de papel que lanzamos a la chimenea de la sala de personal. No hace frío pero nos gusta mirar el brillo de las llamas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hay algunas cosas (lápices de colores, barajas de cartas, libros; sobre todo, libros) que nos repartimos. En mantenimiento nos hemos quedado un juego de destornilladores y un casco de bicicleta que usamos por turnos (y es divertido, aunque el hotel está en buen estado y no parece que se vaya a derrumbar). La directora se ha llevado una guitarra a su habitación y nos ha confesado que no sabe tocar.</div>
<div style="text-align: justify;">
También dejamos que los huéspedes rebusquen en la habitación, por si encuentran algo que les interese. La huésped de la 39 ha colgado dos cuadros en el hall y pasear por él es como irse de viaje. La huésped de la 22 paga su estancia tocando el acordeón todos los miércoles en la sala de personal, junto al fuego. Abrimos una de las pocas botellas de vino que nos quedan en la bodega, invitamos a beber a todos los huéspedes y se difumina un poco quienes somos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Como los cortes eléctricos son cada vez más frecuentes pedimos a los nuevos huéspedes que nos paguen con velas. Las repartimos por las habitaciones y los pasillos, y también por el comedor aunque ya casi no venga nadie. En la sala de personal no ponemos velas, con la chimenea es suficiente. Es reconfortante ver cómo arden las pequeñas bolas de papel, cómo se deforman las palabras de tinta, cómo se consumen las fotografías de rostros sonrientes y cuerpos que nunca han existido.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si no tienen velas, cualquier cosa nos sirve. Cuando se llene la habitación número 1 usaremos la 38 porque el somier de la cama está roto y no dejamos que nadie duerma allí. Al menos, hasta que encontremos repuestos.<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/96437840436/fran-del-taller-de-carpinteria-se-empeno-en-que" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-76223250259403658422014-08-26T08:21:00.000-07:002014-08-26T08:21:56.656-07:00Habitación número 5<div style="text-align: justify;">
La televisión está encendida: un telediario que emite noticias a ritmo marcial, una presentadora joven con rostro serio. </div>
<div style="text-align: justify;">
La camarera del hotel espera junto al escritorio. La mujer se maquilla de pie, frente al único espejo que hay en la habitación; se esparce crema en los pómulos, en la frente, en la barbilla. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Sabes por qué me pongo tanta base? – dice. </div>
<div style="text-align: justify;">
- No, señora. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Para tapar las arrugas. Hay que taparlo todo, ¿sabes? En la televisión… Siempre se lo decía a Marco, Marco era el maquillador, un cretino, le decía: tápame bien porque los focos son traidores, lo desvelan todo.
</div>
<div style="text-align: justify;">
La mujer coge un pequeño bote y deja caer una gota de crema color salmón sobre el pulgar. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Cuando eres joven, no importa, pero luego… Cada segundo delante de la cámara es un salto al vacío, te la juegas – dice. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, señora. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Tú eres joven, estas cosas no te preocupan, claro, y además nunca has salido en televisión. </div>
<div style="text-align: justify;">
- No, señora. </div>
<div style="text-align: justify;">
- De todas formas, ese vestido no favorece nada. Deberías decírselo al director del hotel. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Directora, señora. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Cómo? </div>
<div style="text-align: justify;">
- Es una mujer. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Bueno, es lo mismo. No es nada favorecedor. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Es cómodo… </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y qué? ¿Crees que usar una hora para maquillarme, to-dos-los-dí-as, es cómodo? </div>
<div style="text-align: justify;">
- No, pero usted… </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Pero qué? </div>
<div style="text-align: justify;">
- Nada, señora, disculpe. ¿En qué puedo ayudarla? </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Cómo?<br />
- Ha llamado al servicio de habitaciones… </div>
<div style="text-align: justify;">
- Ah, eso. </div>
<div style="text-align: justify;">
La mujer coge de su neceser una brocha y un estuche, impregna la brocha de su contenido y se lo aplica con movimientos nerviosos. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Qué ha pasado con el desayuno? – dice. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿A qué se refiere, señora? </div>
<div style="text-align: justify;">
- Es un desastre. Cada vez peor. ¿Qué ha pasado con los huevos escalfados? No es que fueran buenos, pero eran algo comparados con el desayuno de esta mañana. </div>
<div style="text-align: justify;">
- No hay, señora. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Perdona? </div>
<div style="text-align: justify;">
- No hay, no quedan. Cada vez es más difícil encontrar alimentos frescos, ya sabe… </div>
<div style="text-align: justify;">
La camarera señala con la cabeza el paisaje gris que se recorta en las ventanas. La mujer ignora el gesto y busca algo en su neceser; lo encuentra: un lápiz negro con el que se dibuja una raya en la raíz de las pestañas. </div>
<div style="text-align: justify;">
- No me importa, quiero huevos escalfados todas las mañanas. Para eso pago. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Es imposible, señora. Lo siento mucho. </div>
<div style="text-align: justify;">
- No me importa, te lo he dicho. Os las apañáis. Por cierto, puedes llevarte la bandeja. </div>
<div style="text-align: justify;">
La camarera coge la bandeja del escritorio. La comida está intacta. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Ah, y dile al director que os cambie los uniformes, de verdad, son muy poco agradables – dice la mujer. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Directora. Es una directora– dice la camarera. </div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando se queda sola, la mujer se pinta los labios frente al espejo: carmín rosa en los labios fruncidos. Luego, se sienta en la cama, frente a la televisión, y cambia de canal con el mando. Cambia otra vez. Y otra. Todos los canales devuelven el mismo vacío oscuro.</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-19717023300348999252014-08-19T07:39:00.000-07:002014-09-02T00:55:50.438-07:00Habitación número 54<div style="text-align: justify;">
Escribe en la pared de la habitación:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i><i><b>El giro veloz de una rueda </b></i></i><br />
<i><i><b>de bicicleta</b></i></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b><i><i>estremece las crestas de los árboles.</i></i></b></i><br />
<div style="text-align: justify;">
<br />
Ha descolgado los cuadros y los espejos, ha bajado las persianas y abierto las ventanas, ha encendido las lámparas. Ha empezado a escribir junto a la entrada, en el recibidor en penumbra de la habitación, y ya ha traspasado la primera esquina.</div>
<div style="text-align: justify;">
Escribe junto al marco de una ventana:</div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>Una selva que envuelve</b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b><i>una risa de niña, unos tobillos desnudos</i></b></i></div>
<div>
<i><b><i>una línea de horizonte que no es abismo</i></b></i></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Bajo la luz anaranjada de las lámparas, las palabras trazadas con rotulador negro en las paredes blancas parecen desgastadas, como si hubieran sido escritas hace mucho tiempo: podrían ser bisontes, arcos y flechas, diosas de la fecundidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Escribe sobre el plástico gastado de una persiana:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>El ladrido de un perro responde a otro perro</b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b><i><i>el vuelo de una abeja</i></i></b></i><br />
<div style="text-align: center;">
<i><b><i><i>el rugido salino del mar</i>.</i></b></i><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Está desnuda y en la piel de su hombro se adivina una constelación de pecas oscuras bajo las hebras de pelo rojo y rizado, como una marca o una señal. Se mueve por la habitación como si bailara la danza de la lluvia. </div>
<div style="text-align: justify;">
Al tiempo que escribe, pronuncia las palabras:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>Una luna brilla en las tejas rojas </b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>de las casas, sus habitantes</b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>abren las heridas al llegar la noche</b></i></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
A veces echa de menos que alguien la acompañe, que escriba con ella, otras manos y cuerpos, pinturas de guerra y una hoguera, una tribu entera de pieles rojas, más voces que den fuerza a las palabras, más palabras que derriben con su peso los muros de la habitación y todo lo que hay más allá. Pero está sola y escribe:</div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>Un camino se abre en la hierba</b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>doy los primeros pasos </b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>son los primeros pasos</b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>que ha dado nadie</b></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><b>que hemos dado todas.</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Escribe hasta que las palabras se enredan en el sueño y entonces apaga las lámparas y se acuesta. <br />
Cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad de la habitación, las palabras le parecen pequeños insectos que trepan por la pared, escucha el sonido crujiente de sus patas al caminar, y ya no se duerme, espera a que la primera rendija de luz se dibuje en las sábanas. <br />
Se acerca a la ventana y sube la persiana tatuada. El desastre sigue ahí, al otro lado del cristal, las palabras no han borrado el polvo y el silencio. <br />
Sigue con los dedos los trazos negros: las palabras están tibias. Las pronuncia en voz baja y le parecen muertas. Piensa: necesito palabras nuevas, éstas se han quedado viejas; palabras nuevas o los muros nunca caerán.<br />
Elige otro hueco en la pared y escribe.<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div>
<br /></div>
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/95192392116/1-hospital-psiquiatrico-borda-buenos-aires" target="_blank">Raíces</a>.</div>
</div>
</div>
</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-14881707510073111882014-08-12T04:47:00.000-07:002014-08-12T04:47:32.592-07:00Habitación número 41<div style="text-align: justify;">
La mochila está sobre la cama. Lo ha comprobado dos veces. Mira por la ventana. Afuera nada se mueve, sólo hay esqueletos oxidados de coches y polvo y el mismo cielo gris de siempre.</div>
<div style="text-align: justify;">
La mochila está sobre la cama pero no está segura de que ese sea su sitio. Quizás debería esconderla en el armario por ahora, hasta que todo esté en orden. Pero no se mueve de la ventana. Sus manos se enganchan a las cortinas como si fueran garras.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces reconoce a la figura que camina con calma por la calle, como si el desastre que hay a su alrededor no importara. Ella envidia esa calma pero se pregunta de nuevo si la mochila está en el lugar correcto. Repasa la conversación que está a punto de tener, palpa la pistola que esconde en el bolsillo de su chaqueta, se recuerda que no puede parecer nerviosa pero eso le parece imposible. </div>
<div style="text-align: justify;">
La figura cruza la calle con paso tranquilo, desaparece de su vista, ha entrado en el hotel.</div>
<div style="text-align: justify;">
Abre bien las cortinas. Entra poca luz pero la luz es importante.</div>
<div style="text-align: justify;">
La habitación se hace demasiado grande, sin forma, y su cuerpo no es capaz de encontrarle un sentido, se desorienta, pero es un instante, hasta que llaman a la puerta, dos golpes.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hazle esperar, hazle esperar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pone la mochila sobre el escritorio. Mejor, piensa, aunque no sabe explicarse por qué.</div>
<div style="text-align: justify;">
Llaman otra vez y, ahora sí, ella abre la puerta. Al principio, sólo hay una silueta grande y oscura que se recorta en la luz anaranjada de la lámpara del pasillo. Poco a poco la silueta se materializa en un bigote, arrugas, un traje usado, una mirada ansiosa.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Pase – dice ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Camina hasta el escritorio sin dejar de vigilar al hombre que la sigue. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Ha traído el dinero? – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Lo que convinimos. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ella abre la mochila, saca un paquete de folios sin abrir. De repente, le parece muy pesado. Se lo tiende al hombre: la ansiedad de su mirada se ha transformado en alivio. Él estudia el envoltorio antes de abrirlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Son auténticos. Es imposible.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Lo son. Hay dos paquetes más.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Cómo los ha conseguido? Llevo tanto tiempo buscando papel de verdad. No puedo escribir si no es en papel…</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Le interesan o no?</div>
<div style="text-align: justify;">
Él clava en ella su mirada; ella no puede evitar llevarse la mano al bolsillo, refugiarse en el contacto duro de la pistola.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Me tiene miedo? – dice él.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella no contesta.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Eso es lo peor, ¿sabe?, la grieta que se ha colocado entre las personas desde que todo…</div>
<div style="text-align: justify;">
Él deja de hablar y posa su mirada en el paquete de folios. Luego, saca un fajo de billetes. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Aquí tiene – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los deja sobre el escritorio, coge la mochila y camina hasta la puerta. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ella ha visto las manchas en las manos. Tinta, piensa.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Está descargada. La pistola. Era sólo…</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero el hombre ha salido ya al pasillo, cierra la puerta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">
<span style="text-align: start;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/94526861906/marianna-rothen-habitacion-numero" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-74753151599312064682014-08-04T23:58:00.000-07:002014-08-05T01:40:34.327-07:00Habitación número 28<div style="text-align: justify;">
La comida es horrible, porque todo lo que está fuera de esta habitación de hotel está consumido y muerto, pero nosotras inventamos nuevos platos, añadimos ingredientes exóticos con nombres que rescatamos de la memoria, mordisqueamos postres que hace tiempo que no existen, aunque sé que Olivia piensa que es una tontería, que debemos aceptar lo que hay. </div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando acabamos de comer y el servicio de habitaciones recoge las tres bandejas, Clara pone ese gesto de huida que a mí me aterra. </div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Adivinar películas! – digo. </div>
<div style="text-align: justify;">
A Olivia le parece un juego para niñas pero sabe que a Clara le encanta, y por eso acepta y le propone la primera película al oído. Clara se coloca frente a la televisión porque dice que es casi como si estuviéramos viendo la película en la pantalla. Y es verdad que hace mucho tiempo que no encendemos la televisión porque ya no hay nada que ver. Clara sonríe como una auténtica actriz, su cuerpo se transforma. Yo demoro la respuesta al acertijo, alargo este tiempo en el que olvidamos por qué estamos las tres en esta habitación de hotel.</div>
<div style="text-align: justify;">
A veces, nos quedamos en silencio y pegamos las orejas a las paredes. Clara no puede evitar que se le escape la risa.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Shhh – digo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Jugamos a adivinar quién habita al otro lado: amantes clandestinos, estrellas de rock, narcotraficantes. En realidad intuimos que todos son refugiados, como nosotras.</div>
<div style="text-align: justify;">
Otras veces nos quitamos la ropa y somos amazonas, indias guerreras que arrancan las cabelleras a todo lo malvado que hay en el mundo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Pero, tarde o temprano, Clara se derrumba sobre el colchón y llora. En sus ojos enrojecidos puedo ver la oscuridad que acecha.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No hay nada que hacer – dice.</div>
<div style="text-align: justify;">
Olivia pierde siempre la paciencia porque ella es la más valiente de las tres, y a veces no entiende a Clara.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Sobrevivir, Clara. Llorar no sirve – dice, y arruga la mirada.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Sobrevivir para qué? ¡Nos estamos engañando! Todo se ha derrumbado y no queréis verlo – dice Clara.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero entonces yo beso a Clara en la frente y luego en la nariz y en las orejas y en el cuello, y ella se encoge porque tiene cosquillas, y luego los hombros y la espalda.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Tenemos que cuidarnos, eso es lo que tenemos que hacer. Lo demás no depende de nosotras – digo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y sigo besando a Clara, y Olivia también le besa los pies y los tobillos, porque en el fondo a ella también le aterra la mirada de huida de Clara, y los muslos y el vientre, y nuestros gritos de guerra estremecen esta pradera minúscula.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando llega la noche, después de que nos traigan la cena y volvamos a inventar viejos platos, apagamos las lámparas y encendemos las linternas, dibujamos un Universo en el lienzo oscuro del techo, estrellas y planetas, cometas y pequeños satélites que giran en órbitas caprichosas e imperfectas, colisionan, crean otros mundos y un nuevo cielo nocturno que nos envuelve mientras, lentamente, nos quedamos dormidas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/93855094741/habitacion-numero-28" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-47937113688114525402014-07-15T10:39:00.000-07:002014-07-15T10:45:56.164-07:00Habitación número 39<div style="text-align: justify;">
Mancha el pincel de óleo azul, óleo que quiere ser cielo, y su mano no tiembla, a pesar de los huesos frágiles, de las arrugas en la piel. Llena el lienzo de pintura, no deja huecos. </div>
<div style="text-align: justify;">
Sólo cuando ha terminado, cuando deja que el pincel repose sobre el trapo de tela, se aleja unos pasos del caballete y se da cuenta de que no es azul sino gris, gris ceniza, como el gris que cubre el cielo que se intuye a través de la ventana abierta, entre los edificios, gris sucio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Otra vez, piensa, otra vez el presente se apodera de mis manos y mancha el pasado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella sabe que Marsella fue: una iglesia asomada al mar, los edificios apiñados como dientes desordenados: una sonrisa imperfecta, una vela hinchada por el viento, el pastis por primera vez en una terraza, los gritos de los tenderos y los tubos de escape de las motocicletas, y el cielo como un fondo de teatro. Un cielo que sabe que es azul, unas nubes blancas que habrían sido pinceladas ligeras. Pero el caballete, a unos pasos de ella, sostiene un cielo rectangular que no pertenece a sus recuerdos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mira el cuadro de Amberes que colgó hace semanas en la pared de la habitación: el cielo es también gris ceniza aunque ella sabe que era un gris hinchado de lluvia; las dársenas son manchas vacías, aunque sabe que miles de contenedores se empapaban mientras ella supervisaba la maniobra del buque de carga desde la proa. Amberes, su primer atraque, su primer cuadro. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hay más en las paredes: Valencia, Felixstowe, San Petersburgo, Génova. Sus cielos son ahora suciedad y humo; las grúas, alfileres oscuros; las ventanas, trazos muertos en las fachadas de los edificios.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero ella sabe que esas ciudades, sus puertos, no eran así, ella lo ha visto, desde la proa o desde el puente del buque; ella ha recorrido las calles bajo un sol de cobre o bajo el repiqueteo metálico de la lluvia, ella ha estado en el bullicio de las lonjas o en el susurro de un frío blanco y afilado.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué queda de todo aquello? Ha pasado mucho tiempo desde su vida de puerto en puerto y no queda nada, ella lo sabe y por eso pinta, por eso cuelga los cuadros en aquella habitación. Pero sus dedos traicionan su memoria, eligen otros colores, cambian los paisajes, ensucian el lienzo con el presente que se cuela a través de la ventana abierta. </div>
<div style="text-align: justify;">
Con un crujido de huesos cansados, se sienta en la cama sin hacer. </div>
<div style="text-align: justify;">
Observa las paredes. En los cuadros, todo está en silencio. Y en la habitación. Más allá de la ventana. El cielo gris, las fachadas muertas. Esta ciudad, todas las ciudades. No hay lluvia ni brillantes escamas ni el destello de la nieve ni el verde profundo del océano a sus pies.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se levanta, cierra la ventana, un rrrrrac de persiana, retumban las paredes, se estremecen los cuadros.</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br />
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/91863480301/capitan-molly-kool-primera-mujer-norteamericana" target="_blank">Raíces</a>.<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
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Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-28135230389740056072014-07-08T01:22:00.000-07:002014-07-08T01:22:33.479-07:00Habitación número 34El pis está teñido de rojo: sus riñones empiezan a fallar. Otra vez. <br />Le pican las costillas y rascarse no sirve de nada.<br />De la estantería, coge un botecito con una etiqueta verde: los nanobots reparadores. Sólo queda una pastilla. Suspira. Sus riñones no van a soportar muchas más chapuzas. Dentro de unas semanas, uno de ellos dejará de funcionar y entonces… Entonces, no importa. Se traga la pastilla.<br />Tira el bote a la papelera, tira de la cadena.<br />El frío de los azulejos le quema los pies.<br />No quiere mirarse al espejo porque ya sabe lo que verá.<br />Vuelve a la habitación. Pasos cautelosos, dolor, el picor obstinado en las costillas.<br />Lo primero es devolver el ordenador a la vida, se ha quedado sin batería en una esquina de la cama deshecha. Para ponerlo encima de la mesa tiene que apartar la bandeja de comida que le han traído a diario mientras ella deliraba por la fiebre. Prueba la sopa fría, su estómago ruge. Lo primero es comer. <br />Devora, de pie, los filetes de pollo empanados y la ensalada. ¿Cómo consiguen los tomates? Son insípidos, arenosos, pero son tomates. Da las gracias en silencio al servicio de habitaciones.<br />Deja la bandeja a un lado, enchufa el ordenador. Escucha el zumbido del procesador al ponerse en marcha. Un bálsamo. Cierra los ojos, unos segundos, sólo unos segundos.<div>
Busca en el maletín. Se mira los antebrazos y sabe que no va a poder usarlos. Se coloca una vía en el dorso de la mano derecha, extrae sangre. Conecta el tubo de ensayo al portátil para que procese la muestra. Se deja caer en la silla, el dolor, arrastra el maletín por la moqueta, cierra los ojos, todavía tiene que usar dos inyectables más.<br />El primero está en la nevera: una mezcla del virus de la gripe y un inmunosupresor para que el cuerpo no responda. Ése es, en teoría, el trabajo de los nanobots del segundo y último inyectable: localizar el virus, destruirlo y reparar las células infectadas. <br />Un tubo, otro tubo, gestos mecánicos.<br />Se levanta de la silla, pasos frágiles, se derrumba en el colchón. Las sábanas huelen a enfermedad. El picor es insoportable y coloniza nuevos territorios de su piel.<br />Enciende el teléfono y busca un número.<br />- ¿Dónde estás?<br />- Te lo diré, pero necesito un favor.<br />- ¿Qué estás haciendo, Martina?<br />- …<br />- Martina…<br />- Ya sabes qué estoy haciendo. Necesito un favor, necesito más reparadores, ¿puedes conseguirlos?<br />- No está funcionando, ¿no? <br />- Consíguemelos, por favor.<br />- No quedan nanobots, ya no queda nada. El laboratorio está desmantelado, Martina. Y no sólo el nuestro, lo sabes. No puedes seguir por tu cuenta, ya es tarde.<br />- Tengo que hacerlo. Por favor.<br />- Lo siento.<br />- Por favor…<br />- …<br />- ¿Y morfina? ¿Puedes conseguirme morfina?<br />- Dime dónde estás.<br /><br />Cierra los ojos, sólo unos segundos. No puede dormirse, tiene que analizar los resultados de la muestra de sangre. Sólo unos segundos.<div>
<br /></div>
<div>
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;">---------------------------</span></div>
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<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;"><br /></span></div>
<div>
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px;"><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/91134033661/uno-de-esos-propositos-de-la-inteligencia" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
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Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-36756358241211994832014-07-01T01:33:00.002-07:002014-07-01T01:33:48.162-07:00Habitación número 11<div style="text-align: justify;">
Bailamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Alguien lleva el ritmo golpeando el escritorio y la mesa tiembla y por sus bordes se van derramando las cosas – bolígrafos, carteras, una taza de té, una brújula- y parece que al tocar la moqueta quieran acompañar también la música: toc, plom, toc, toc. Alguien salta en la cama, dibuja volteretas en el aire. Alguien canta, usa la pantalla de una lámpara como altavoz. Alguien silba y la melodía vuela como un pájaro por la habitación. Alguien ríe muy alto. Ríe, ríe, ríe. Alguien da palmas y no sigue el ritmo y no nos importa.</div>
<div style="text-align: justify;">
Bailamos, y a veces alguien lo hace tan bien que queremos hacerlo igual y nos mece el mar: nos movemos al unísono como posidonias, pero nunca iguales. Abrimos grandes los ojos debajo del agua.</div>
<div style="text-align: justify;">
Alguien lee en la bañera así que entrecerramos la puerta para que pueda volver al final de su viaje. Alguien disfraza su rostro tras una máscara de búho y qué ojos tan hermosos.</div>
<div style="text-align: justify;">
De pronto, un chillido nos eriza la piel: alguien está en el suelo, se retuerce, dolor, protege en sus manos el tobillo como un pájaro herido. Silencio. Y entonces caemos todos, nos acurrucamos los tobillos en nuestras manos como si fueran pájaros heridos, chillamos, nos retorcemos hasta que a todos, inevitablemente, nos entra la risa sobre la moqueta y la risa nos deja exhaustos y nos cura el dolor.</div>
<div style="text-align: justify;">
Bailamos y sudamos y jadeamos de alegría y nuestros cuerpos se confunden en la tenue luz de las lámparas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Alguien se sienta en el suelo, se abraza las rodillas, cierra los ojos, se balancea. Su rostro tranquilo es, por un momento, todo lo que queremos ser.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando vienen a protestar, tocan suavemente la puerta, con educación, y les invitamos a unirse. Cuanto más protestan, más insistimos: pasad, pasad, pasad. Hay quien se escandaliza y se va, hay quien vuelve al rato y esta vez toca la puerta bien fuerte, con entusiasmo. Sólo hay una condición: tenéis que vaciaros los bolsillos al entrar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Bailamos y hemos olvidado nuestro nombre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hemos bajado las persianas: afuera ya no hay nada, todo está aquí dentro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;"><br /><a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/89741652756/1-souvenirs-patrick-jannin-2-andrei-tarkovsky" target="_blank">Raíces</a>.</span></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-28026771431504025162014-06-24T01:14:00.000-07:002014-06-24T01:14:58.502-07:00Habitación número 18<div style="text-align: justify;">
Dicen que la mujer vive en una casa en el interior del bosque. La casa es de madera, ¿te lo imaginas?, sin electricidad… y de los grifos no sale agua, pero tiene un pozo y la tierra filtra la suciedad, todo ese dolor que hemos provocado. Es agua transparente, no sabe a plástico, fría y limpia, no sabe a plástico. El bosque le da resguardo: aunque alrededor no hay más que desolación y humo, dentro del bosque todo tiene más color, más fuerza, está más vivo. Dicen que ella se alimenta de lo que le dan la tierra y los animales: moras, arándanos, fresas salvajes y miel, infusiones de hierbas, leche y queso de las cabras, ¿sabes cómo son las cabras?, tienen cuernos, trepan por los montes, hacen: beeeee, beeeee. Sí, así: beeeee… ¡Ríe, me gusta verte reír! [<i>¿Cuándo fue la última vez que me manché los dedos comiendo moras?</i>]. La mujer también vive acompañada por palomas, pero no palomas sucias y grises como las que has visto en la ciudad, no, palomas blancas, brillantes, y también caballos y conejos y gallinas que dan huevos, y perros que se pasean sueltos y juegan con la mujer y la protegen igual que protegen a los demás animales de los intrusos: ladran y gruñen cuando alguien, un humano, se acerca a la cabaña. Pero sobre todo juegan, sobre todo juegan, y dicen que por las noches la mujer se sienta fuera de la cabaña y observa el cielo que se recorta entre las ramas de los árboles. No se ve nada más allá del velo de polvo, pero ella se sienta todas las noches, observa el cielo y espera. Sí, nosotros también, vamos de aquí para allá y esperamos, hoy en esta habitación, mañana quién sabe dónde, pero esperamos. Todos esperamos, a nuestra manera… menos tu madre, tu madre… Perdóname, no voy a hablar de ella, lo siento, sé que no te gusta, lo siento... [<i>Inés… Inés… ¿por qué no supiste esperar, por qué no pude ayudarte?</i>] ¡Las estrellas! Sabemos que están ahí, ¿verdad?, por encima de nuestras cabezas, y queremos que vuelvan, esperamos que vuelvan. Las has visto en la pantalla de tus libros, te han explicado sus nombres, pero nunca te has asomado a un cielo estrellado, a la luna hinchada y enorme como un globo, al paso premonitorio de un cometa. Eres demasiado joven, demasiado joven. No, no sé dónde está el bosque. Claro que la mujer existe, ¿para qué iba a mentirte? Quizás dentro de un tiempo, cuando las cosas estén más tranquilas… Ya no quedan tantos bosques, no puede ser difícil de encontrar. Y cuando lleguemos la mujer estará allí, junto a la cabaña, esperando, mirando al cielo, y miraremos el cielo con ella, y quizás nos invite a comer un poco de queso y podremos jugar con los perros, recoger moras y fresas salvajes, jugar con los perros. Sí, te lo prometo. Ahora, duerme; sueña con las estrellas. [<i>No van a volver, no van a volver</i>].</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;">---------------------------</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.479999542236328px; text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/89741891961/si-tanques-els-dos-ulls-mha-dit-si-et-quedes" target="_blank">Raíces</a>.</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-32609140306358356492014-06-17T04:36:00.000-07:002014-06-17T04:36:03.852-07:00Habitación número 13Ahí sigue, con su vestido de flores y sus labios pintados de rojo, tumbada en la cama, bajo las sábanas a pesar del calor. Siempre este calor. Lee y ni siquiera me mira cuando entro en la habitación. Las persianas siguen bajadas y las lámparas están encendidas. Las lámparas son bonitas, mucho más que las viejas, desde luego, pero casi no dan luz y esta oscuridad… <br /> Aparco la bandeja sobre la mesita, entre libros. Dentro de un rato llamará a recepción para que recojamos la comida y apenas habrá tocado la ensalada, un pellizco de pan, algunas cucharadas de sopa. Nosotros cocinamos, subimos y bajamos la bandeja, de la habitación a la cocina, pero ella nunca tiene hambre... Cómo va a tener hambre si está todo el día en cama, todo el día leyendo.<div>
Me acerco a la estantería para colocar el encargo de esta semana. Falta Seda, no recuerdo el nombre del autor. No lo hemos conseguido.<br /> Se lo digo. <br />- Ya sabe lo difícil que es encontrar libros de papel hoy en día.<br /> La estantería también es bonita, como las lámparas; la mandó traer cuando ya no hubo sitio para los libros. Tuvimos que quitar la televisión y no sé cómo puede estar sin ella. No es que haya nada que ver – nada agradable, nada esperanzador – pero al menos… Como esas persianas cerradas, párpados que no quieren asomarse al mundo. Como esa comida que se queda fría todos los días. <br /> No hay hueco en la estantería para los libros nuevos. <br /> Se lo digo.<br /> Me mira como si despertara de un sueño, con esos ojos grandes y pasmados.<br /> No hay hueco, repito, y señalo la estantería que cuelga de la pared donde debería estar la televisión. Una tapia de libros.<br /> Ella vuelve los ojos a la página, como si con ese gesto quisiera decir: es vuestro trabajo buscar un lugar para ellos. Nuestro trabajo, más trabajo. Qué hacer, qué hacer. Todo está ocupado: las mesillas, salvo el hueco para la bandeja, el escritorio, incluso la butaca, tan vieja ya, tan cargada de libros. ¿Los habrá leído todos?<br /> Sólo queda el suelo. <br /> Saco los libros de la bolsa, uno a uno, y los coloco en una columna sobre la moqueta, bajo la estantería. Una pirámide, en realidad: los más pequeños sobre los grandes. Sonrío, no sé por qué. Leo los títulos: En el camino, El barón rampante, Por si se va la luz. Hay en ellos un brillo…, a pesar del polvo que se empieza a acumular en sus lomos. <br /> Seguro que los ha leído todos en esta habitación sin televisor. Nosotros les quitaremos el polvo mientras ella se queda en cama, vestida de flores, bajo las sábanas a pesar del calor, con un libro entre las manos. Ni me mira mientras me dirijo a la puerta.<br /> Una voz:<br />- Gracias por los libros.</div>
<div>
Sonrío aunque no estoy segura de que haya sido ella: la voz venía de muy lejos, sus labios rojos están quietos. </div>
<div>
Cierro la puerta.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
---------------------------</div>
<div>
<br /></div>
<div>
<a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/87207139836/jan-de-maesschalck" target="_blank">Raíces</a>.</div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-6053450203495874902014-06-10T02:56:00.001-07:002014-06-10T02:57:09.813-07:00Habitación número 4<div style="text-align: justify;">
- Ves, por eso me gustas, por tu forma de hablar – dice él.</div>
<div style="text-align: justify;">
El servicio de habitaciones ha traído el desayuno pero ella no tiene hambre. Y de todas formas, es un desayuno escaso, artificial, no puede ser de otro modo: el zumo de naranja aguado, de bote, el pan quemado, de hace unos días, seguro, la margarina apelmazada.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él coge la taza de café de la bandeja y le da un sorbo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Caliente. Me hacía falta – dice él.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y luego:</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ya no recuerdo el sabor del café de verdad.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Esa es la ventaja de que nunca me haya gustado el café – dice ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Intenta sonreír pero no lo consigue así que como maniobra de distracción saca el brazo de la sábana, coge el vaso de zumo aunque no lo prueba, lo apoya sobre el vientre, siente su solidez tibia, muerta, a través de la tela desgastada. Intenta recordar cuándo la amargura, cuándo. Mucho antes de esta resaca, piensa. De reojo, mira el cuerpo desnudo que tiene a su lado, el cuerpo que sorbe ruidosamente el café, el cuerpo tatuado que se desparrama sobre el colchón.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Te puedes comer mi tostada, si quieres. Yo no tengo hambre. – dice él.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella niega con la cabeza.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No tenías que pedir desayuno, te lo he dicho – dice ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Pensé que te gustaría desayunar en la cama.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella vuelve a negar y calla.</div>
<div style="text-align: justify;">
Una erección, dura, entre las piernas abiertas, un mordisco en la clavícula, tus manos retorciéndome el cuerpo, el caos, tus nervios hechos añicos, por ahí empieza mi lista de cosas que.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella tiene la necesidad de taparse hasta el cuello con la sábana; él sigue sorbiendo el café.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Eso es un cliché – dice ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Un cliché?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Sabes lo que es un cliché, ¿no?</div>
<div style="text-align: justify;">
Tú eres un cliché: tu barba, tus tatuajes, tu sonrisa de pícaro y tu violencia al follarme, tu manera de marcar el territorio cada vez. Tu ignorancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esta habitación de hotel.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mi resaca.</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Él no contesta, devuelve la taza de café a la bandeja y coge el móvil de la mesilla, teclea en la pantalla, de repente sonríe. Ella lo imagina hablando con cualquiera de las otras, rubias, morenas, cuerpos muy distintos del suyo, labios que llegan a donde ella no llega con sus palabras y su manera de pronunciarlas, rostros que encienden con un gesto, <a href="http://raicesdelhotel.tumblr.com/post/87207328816" target="_blank">que saben que un gesto es suficiente</a>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mi cuerpo no es mío porque no he aprendido a usarlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo intenta: sale de debajo de la sábana, se sienta a horcajadas sobre él, sus cuerpos chocan.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y entonces él la aparta con un gesto firme.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Perdona, Lucía, estoy cansado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella se derrumba sobre el colchón, en silencio, la espalda como un muro, y lentamente se queda dormida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando despierta, él ya se ha ido. Queda la bandeja con el desayuno, las tostadas frías que se comerá llenando de migas las sábanas antes de irse ella también.<br />
<br />
<br /></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-18746759415130453602013-09-19T05:18:00.000-07:002013-09-19T05:18:29.490-07:00El Pasillo"El Pasillo" es un cortometraje que antes fue un relato. No sé cuál es el orden bueno para verlo, quizás sea mejor leer el relato y comprobar luego si el cortometraje se parece a lo que has imaginado; o al revés, no lo sé. No creo que importe mucho.<br />
<br />
Por eso, aquí tienes el cortometraje.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/m9y7fi6wSJM" width="420"></iframe><br />
<br />
Y aquí tienes el relato:<br />
<br />
<h3 style="text-align: center;">
<b>El Pasillo</b></h3>
<br />
<div class="Default" style="page-break-before: always; text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todavía no ha cerrado la puerta y dice: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Gracias por avisarme. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella no
contesta. Está de pie al otro extremo del pasillo, frente a una puerta abierta
que da a una habitación. Mira con los ojos muy abiertos al interior de la
habitación por la que entra la única luz, frágil, que alumbra el corredor. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él cierra la
puerta con suavidad, como si hacerlo no fuera una buena idea. Está en el
recibidor de la casa; a su derecha hay otra puerta abierta que da a un cuarto
que está a oscuras y frente a él es donde está el pasillo que lleva hasta ella.
<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El pasillo en
penumbra que los separa. Un cuadro solitario cuelga de la pared. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella retuerce
el vestido entre sus dedos (tiene las uñas pintadas de rojo) y la luz que entra
por la puerta abierta de la habitación crea sombras sobre la tela. Son sombras
extrañas, sin forma. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él se revuelve
en el recibidor, como si fuera muy estrecho, como si no supiera qué hacer con
su cuerpo. Observa a su alrededor. Pregunta casi en un grito: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">¿Laura, verdad? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella no vuelve
el rostro. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">No sé qué hacer con sus libros –dice. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Apenas susurra
y su mirada se pierde en el interior de la habitación por la que entra la luz. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Sí, es Laura. Tu nombre. Recuerdo que me lo dijo.... –
dice él. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Duda, parece
que va a añadir algo más pero que no se decide. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se quita el
abrigo y busca con la mirada un lugar donde colgarlo. No lo encuentra. Parece
decepcionado. El abrigo queda colgando sin vida de su brazo. Mira la puerta que
hay a su derecha, la que da al otro cuarto, el cuarto que está a oscuras, como
si la descubriera ahora. Dice: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Me he perdido al venir –sus palabras retumban entre
las paredes.- Por eso he tardado tanto. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Son muchos libros. Demasiados. –dice ella. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Parece que él
duda otra vez pero calla. Vuelve a mirar la puerta de su derecha, da un tímido
paso hacia ella. Ladea la cabeza y estira el cuello, como si quisiera descubrir
qué hay más allá de la oscuridad. Y entonces camina y entra en el cuarto,
desaparece. Se escuchan pasos rápidos sobre el parqué y enseguida también el
quejido de una persiana. La luz entra con timidez en el recibidor. Desde el
cuarto, él grita: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">-
</span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Veo que has traído cajas
de cartón.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y se oyen de nuevo sus pasos mientras recorre el cuarto. Esta
vez son pasos cortos y lentos sobre la madera, pasos esforzados que mueren de
repente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Me imaginaba vuestro salón más pequeño –se le escucha
decir. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella sigue
observando el interior de la habitación desde la puerta, de pie, con los dedos
pintados de rojo estrujando la tela de la falda, y no contesta. Parece que su
silencio lo ocupa todo: la habitación frente a ella, el pasillo, el recibidor y
el cuarto donde está él. Hasta que él dice: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Mi hijo… él… <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Durante un
instante el silencio vuelve a llenar el espacio que los separa. Él continúa: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">¿Seguía pintando? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella detiene
la lucha con su falda y los dedos pintados de rojo son como manchas brillantes
sobre la tela negra. Levanta las cejas y abre mucho los ojos. Murmura: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Están ordenados. Se enfadaba conmigo. Si los colocaba
mal, se enfadaba conmigo. Siempre los organizaba él. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él sale del
cuarto, regresa al recibidor, se detiene allí. Ya no lleva el abrigo colgando
del brazo, en su lugar lleva una caja de cartón. La luz pálida que llega ahora
al recibidor muestra las canas de su barba, las arrugas del rostro, las ojeras
que acorralan los ojos. Unas viejas gafas de leer cuelgan de su cuello. La caja
de cartón está vacía. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">De nuevo,
queda frente al pasillo en penumbra y ella al final, más allá del cuadro que
cuelga en la pared. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">No sabía llegar, nunca había venido a esta casa – dice
él.- Por eso he llegado un poco tarde. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella sigue con
la mirada clavada en algún punto de la habitación del fondo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Te agradezco mucho que me hayas avisado –continúa él.</span></span><span style="color: windowtext; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.5pt;"> </span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Luego da un
paso y se detiene ahí, al pie de la penumbra del pasillo. Parece que no sabe si
dar un paso más y adentrarse en ella o quedarse donde está. Se decide al fin y
avanza unos pasos. Entonces, a mitad del pasillo, repara en el cuadro de la
pared y pregunta: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">¿Este cuadro lo pintó él? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella se agita
de repente. Cruza los brazos sobre su pecho y se los frota con las manos. El
rojo de las uñas aparece más vivo sobre su piel desnuda. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">No hay cajas suficientes. Tenía que haber traído más
cajas –dice ella. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Él está parado
frente al cuadro y lo observa. Se coloca las gafas y se acerca. Es un cuadro
pequeño, sin marco, un lienzo. Abraza la caja de cartón. </span><span style="color: windowtext; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Sí, tiene que ser suyo -dice.- Su madre querrá tenerlo…
Si te parece bien, claro. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En ese
momento, suena el telefonillo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ninguno de los
dos dice nada. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Suena otra
vez. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él la mira y
espera. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella cierra
los ojos y deja escapar un suspiro. Luego recorre el pasillo, la penumbra, sin
levantar la vista del suelo, con los brazos aún cruzados sobre el pecho. Sus
pasos son como un rumor sobre la madera. Él se aparta sin decir nada cuando
pasa a su lado. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El timbre
suena una tercera vez. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">¿Sí? –dice ella al descolgar. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Durante unos
segundos no dice nada, escucha. Está de espaldas a él, la cabeza inclinada, el
auricular entre sus dedos pintados de rojo. Él está en mitad del pasillo, en la
penumbra, aún junto al cuadro, y la mira. Luego, lentamente, deja la caja de
cartón en el suelo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">No –dice ella. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él se gira.
Camina hacia la habitación del fondo, despacio. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">Sí, sí, estoy segura. No vive aquí. Ya no vive aquí
–dice ella. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él se detiene
en el umbral de la puerta, observa el interior. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">- </span><span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;">No, no hay otra dirección. –Hace una pausa-. Devuelvan
el paquete, por favor. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y cuelga el
telefonillo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se da la
vuelta. De nuevo, sus dedos vuelven a jugar con la falda pero no hay sombras
sobre la tela, sólo el rojo de las uñas pintadas. Al final del pasillo, él se
quita las viejas gafas y deja que cuelguen sobre el pecho. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Otra vez el
pasillo en penumbra que los separa. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella,
entonces, deshace el camino, atraviesa la penumbra. Se detiene frente al
cuadro. Lo observa un instante, lo descuelga y lo mete en la caja de cartón. Lo
recoge todo del suelo y termina de recorrer el pasillo, hasta la habitación,
hasta él. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="Default" style="text-align: justify;">
<span style="color: windowtext; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Él, con la
mirada clavada en algún punto de la habitación, dice: <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 11.5pt;">- </span><span style="font-size: 11.5pt;">Tienes
razón. Nos van a hacer falta más cajas. </span></span></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-28353737253895993452013-09-09T04:47:00.001-07:002013-09-09T04:48:53.046-07:00Un cuento en la revista chilena Ojo Seco<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: Georgia, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px;">"Ella está de lado sobre una tumbona, encogida, y la sombra en la que se cobija es un refugio contra la luz del verano. Un holgado pañuelo de colores le cubre la cabeza, a juego con el vestido que flota alrededor de su cuerpo, flaco y silencioso. Con un dedo marca una página en un libro cerrado. Parece pequeña sobre el asiento de madera."</span><br />
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: Georgia, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: Georgia, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 22px;">Así empieza mi cuento "Tu nunca morirás", que aparece desde ayer <a href="http://ojoseco.cl/2013/08/tu-nunca-moriras/" target="_blank">publicado en la revista chilena Ojo Seco</a>. </span><br />
<br />
<br />Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-44770019387478502072012-12-18T09:26:00.000-08:002012-12-18T09:26:45.576-08:00Caminar<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">En algún momento todos nos pusimos a caminar. No fue un acto demasiado consciente, simplemente alguien dijo: “por ahí”, y todos le seguimos. Hubo algunas voces discordantes, que preguntaban hacia dónde íbamos, que por qué caminábamos, pero nadie las escuchó y al final callaron. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Al principio era bastante llevadero. Los niños podían caminar sin cansarse, aunque a veces había que cogerles en brazos. Pero no eran una carga pesada y todavía podíamos disfrutar del paisaje que nos rodeaba. Pasaban los días y de vez en cuando parábamos para descansar, beber agua de algún arroyo o admirar una vista particularmente bonita. Luego, sin demasiada demora, retomábamos el camino. A veces cantábamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Sin embargo, pronto se hicieron dos grupos: los que caminaban sin levantar la mirada de sus pies, preocupados siempre por no desfallecer, por ir cada vez más rápido; y los que no teníamos prisa y preferíamos disfrutar del camino. Los primeros tomaron el control. Exigieron que aumentáramos el ritmo. Suprimieron los descansos. Hubo voces que se alzaron en protesta pero en poco tiempo algunos de los que habían protestado desaparecieron y con eso fue suficiente. Hubo un intento de explicación. Más rápido, más rápido y todo irá mejor, decían. Es por nuestro bien, decían. Pero la mayoría estábamos demasiado cansados para escucharles y pronto sólo quedó el ruido de nuestros pasos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces algunos empezaron a quedarse atrás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Primero los ancianos. Los dejábamos donde caían. Nadie volvía la vista.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Después los enfermos, flacos y pálidos, que nos miraban con alivio mientras nos alejábamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego los niños. No lloraban. Se quedaban sentados sobre el polvo con sus grandes ojos muy abiertos. Nosotros nos alejábamos envueltos por un gemido sordo que en seguida quedaba ahogado por nuestros pasos: eran las madres, que lloraban.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Un día, con el sol muy alto en el cielo, una de ellas avanzó hasta adelantar al grupo y gritó el nombre de uno de los niños con dolor. Luego, se desgarró la garganta. La sangre manchó el vestido. La mujer se desplomó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Nos miramos unos a otros sobresaltados. No era por la muerte de la mujer, ni por la sangre que se extendía por el polvo. Un murmullo llenó el repentino silencio: ya no caminábamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>[Un viejo relato que ya se publicó <a href="http://cuentosdeochoadiez.blogspot.com.es/2011/02/caminar.html" target="_blank">aquí</a> y que recupero para este blog. Con un pelín de maquillaje, casi nada.]</i></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-20304621187233117792012-11-28T05:55:00.002-08:002012-11-28T05:59:18.449-08:001di: Manifestación po ética<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQqdfk5ft0LdP4JWMNfUSC0Mn87e8dw8W-vJih4LGdZsPKAlAc9r3tszE72XzsAFEkgaGhgu4W6PZeTafE2kOuQ20W36KW6iaHJtdzyBUPfTLe0juy0fJ5nYNMaPv1LRtaExoaMhqsduHS/s1600/1D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQqdfk5ft0LdP4JWMNfUSC0Mn87e8dw8W-vJih4LGdZsPKAlAc9r3tszE72XzsAFEkgaGhgu4W6PZeTafE2kOuQ20W36KW6iaHJtdzyBUPfTLe0juy0fJ5nYNMaPv1LRtaExoaMhqsduHS/s400/1D.jpg" width="365" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span aria-live="polite" class="fbPhotosPhotoCaption" id="fbPhotoSnowliftCaption" tabindex="0"><span class="hasCaption">Toda la información: <a href="http://www.1di.es/" rel="nofollow nofollow" target="_blank">www.1di.es</a></span></span><span class="fbPhotoTagList" id="fbPhotoSnowliftTagList"> </span></div>
<br />Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-33044052528846156482012-10-16T06:52:00.000-07:002012-10-16T11:50:35.675-07:00corre, baila, grita<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ven. Levanta.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Baña tus pies </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">en este verde húmedo de hierba.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Agárrate a mi brazo. Fuerte. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Respira. Llénate de esta mañana</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">azul, diáfana.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Camina. No te sueltes. Te acompaño.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Sientes cómo la hierba</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">se inclina bajo tus pies?</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ese es tu poder: abrirte paso</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">y dejar huella.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Poco a poco, deja caer tu mano</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">hasta mi mano</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">que tus dedos </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">se entretengan </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">en mis dedos.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">No hay prisa: que la piel sea piel.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sólo cuando estés lista, suéltate</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">corre, baila, grita.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Te quiero así: libre y feroz</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">inexcusablemente tú.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Mientras, en silencio,</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">llevo la cuenta </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">de los pasos </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">que te alejan.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4KNVDyUrz-wda6o93jqfhUkDRPByTbvX5CJH4FMPvlxBRGKkFmvAWMkMAMTo514Pqar2l9nvtAqT9nBWNA9RVmE6w2dJJHQo0Vfrb3NIWLrAPqTJoBOANhY88MAiyOeKwj7Dmb637KCsz/s320/yerba.jpg" width="320" /> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><a href="http://www.flickr.com/photos/aussiegall/364313299/" target="_blank">Foto de Aussiegall</a></span></div>
Sr.Silenciohttp://www.blogger.com/profile/05489455065801771081noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2474527662968524277.post-58363866270439890572012-05-23T04:45:00.003-07:002012-05-23T04:45:43.341-07:00Transbordos en Diablos Azules<br />
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