La batalla me arrancó la piel
y todavía la estoy buscando
entre antiguas fotos
bajo la almohada infiel
a la luz de las farolas
que se hunden en el bálsamo
espeso y cálido de la noche.
Quebradas las piernas
el bastón que me sostiene
es corto, y ya no hay ramas que afilar.
Queda el orgullo
que transita de día
por la cuerda floja de tus muslos
y al caer la tarde se emborracha
y olvida que una vez
supo caminar solo.
Por eso perdona si aún me abrigo
con la áspera caricia del invierno
si como un niño presumo
de emboscadas y arañazos
mientras armo mi valor
con la quietud de la Tierra
al delinear la parábola de tu cuello.
cada cosa lleva su proceso. eso está claro. "armar el valud con la quietud de la tierra" es una frase maravillosa.
ResponderEliminarun beso!
isabel
valud? pobrecita mia que esta mayor... jajaja
ResponderEliminarpero si, ya lo sabes pero eso, preciosa, muy sincera, y si las cosas salen de verdad desde dentro quedan muy bien. se me entiende?jeje
Muaaaa
estás de un intenso...
ResponderEliminarpero no es una queja, que conste... sigues provocando una admiración en mi que no deja de asombrarme.
:)
Señor Thorgrath, cuánto tiempo sin verle, aunque sea por un sitio tan peregrino y escaso en glamour como el Tuenti... Me inclino ante su talento poético y lo envio con envidia de la mala, de la amarilla; mis pocos dones son en las artes gruesas.
ResponderEliminarUn saludo!
No sé quién pagó el café. Te juro que no me acuerdo. Pero sé que dejaste de vivir en Bruselas allá por el 12 de julio del 2008.
ResponderEliminar"...a la luz de las farolas
ResponderEliminarque se hunden en el bálsamo
espeso y cálido de la noche."
muy bonito, señor mío.
le veo a usted, en lo poético, estupendamente ^^