lunes, 23 de enero de 2012

Transbordos

"Era una chica morena y con gafas de leer grandes como ventanas a un parque. Le preguntó dónde se bajaba. Argüelles, contestó ella. Y esa era la siguiente parada y no era suficiente. Un viaje tan corto habría sido divertido, sin duda, pero estaba cansado de los fugaces cambios de estación que luego no llevaban a ninguna parte. Se alejó con..."


Edición 03/05/2012: Este relato, debidamente editado y corregido, continúa ahora en el número 6 de la revista Cuentos para el andén, compartiendo viaje con escritores como Hipólito G. Navarro o Astrid Lindgren. Como si fuera en primera clase, vaya.


1 comentario:

  1. Qué bonita historia! Es curioso la cantidad de personas que se suben diariamente al metro, cada una con sus propias historias y sus propios destinos. Hay todo tipo de gente. A veces, mirándolos un rato puedes hacerte una idea de a dónde van, a qué se dedican... me gusta hacer eso. Saludos

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