Baña tus pies
en este verde húmedo de hierba.
Agárrate a mi brazo. Fuerte.
Respira. Llénate de esta mañana
azul, diáfana.
Camina. No te sueltes. Te acompaño.
¿Sientes cómo la hierba
se inclina bajo tus pies?
Ese es tu poder: abrirte paso
y dejar huella.
Poco a poco, deja caer tu mano
hasta mi mano
que tus dedos
se entretengan
en mis dedos.
No hay prisa: que la piel sea piel.
Sólo cuando estés lista, suéltate
corre, baila, grita.
Te quiero así: libre y feroz
inexcusablemente tú.
Mientras, en silencio,
llevo la cuenta
de los pasos que te alejan.
Precioso. Me suena... ¿Es tuyo?
ResponderEliminar¡Hola Princesa! Sí, lo he escrito yo. Aunque, curiosamente, a mí también me suena. Supongo que, como casi todo, es un texto que bebe de otros textos, son palabras deudoras de otras palabras.
ResponderEliminarMe gusta muchisimo lo que escribe y este poema es un incanto! :D
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