miércoles, 2 de diciembre de 2009

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Llevo los calcetines desparejados.
He perdido una nota mientras silbaba.
Ahí está, danza y sonríe, me mira.
La luz de una lámpara estalla
y en mi cuarto
tropiezo con las sombras.
No hay llave que abra esta puerta
ni camino.
Coso los bolsillos pero aún hace frío
en la punta de los dedos.
Pierdo el rastro de migajas
y no llego al FIN. Sólo quedan
una pantalla en negro
un murmullo
y un crujido de palomitas.

1 comentario:

  1. Aquí la única que va a comprar/regalar calcetines soy yo parece ser ;)
    Persigue la nota que no puede andar muy lejos, que silbar es muy alegre y no deberías dejar de hacerlo.

    Anita

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