sábado, 18 de septiembre de 2010

Nunca venderemos millones de discos

Hay días en los que en la televisión sólo hay sueños y esperanzas, y pide un crédito y cómprate este coche con llantas de aleación, y mira qué pelo más sedoso y brillante: ¡compra nuestro champú!, y si sonríes mucho en un casting, te pones esta camisa ceñida a tus abdominales y cantas canciones de Mikel Erentxun, te convertiremos en estrella.
Esos días el barro y las heridas en la rodilla y los roces, y los surcos de sudor en la axila, y el dolor de los músculos por cargar el pescado fresco en los camiones y ojos cansados frente a los libros cuando llegan los exámenes, todo eso, esos días, se nos olvida y creemos que los accidentes de avión son siempre culpa del piloto (o de la compañía que los explota), y que el Gobierno es responsable de las inundaciones de las casas construidas demasiado cerca de los ríos, y que la vida es injusta porque yo bailo mejor que los imbéciles de Fama.
Buscamos culpables, pero los culpables somos nosotros por hacer caso a la televisión (y a las películas de Disney, y a los libros de Paulo Coelho).

6 comentarios:

  1. ¡Bravo! ¡Plas plas plas!

    Me arrodillo plenamente; con qué elegancia dice usted en dos párrafos lo que a mí me cuesta entradas enteras surtidas de blasfemias, rasgadas de vestiduras e invocaciones al Chápiro Verde.

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  2. La televisión mueve conciencias. Te olvidaste de nombrar a la princesa del pueblo. Y es que al final tenemos la TV que deseamos...

    Saludos desde Barcelona,
    Javier

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  3. Señor de las Moscas, yo me divierto mucho con sus blasfemias, sus rasgadas de vestiduras y sus invocaciones al Chápiro Verde.

    Javier, efectivamente, por una vez a la "realeza" la hemos elegido entre todos. Y así nos va.

    Gracias por pasaros por aquí :)

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  4. Yo también aplaudo. Perfecta entrada. Me ha encantado esta manera de escribir.

    Te he encontrado por otro blog, y yo, que también soy muy curiosa, me he alegrado de haber pinchado sobre tu nombre.
    Un saludo!

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  5. Creo que adivino desde donde llegas, Charlota :).
    Sé todo lo curiosa que te apetezca. Yo también me alegro de que pincharas en mi nombre y de que te haya gustado el blog.
    ¡Un saludo!

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  6. Me gusta ver que recuperas el ritmo y los admiradores Sr. Esperemos que no decaiga :)

    Anita

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