jueves, 13 de octubre de 2011

The awakening of a woman

Se mueve la pierna bajo las sábanas. Es un roce lento, manso. Es como si reconociera un terreno nuevo, un terreno que está a punto de descubrir y por eso avanza la pierna con cautela: no sabe qué puede encontrar más allá de los valles y las suaves colinas. La otra pierna es un refugio al que volver si es necesario, si más allá hace aún demasiado frío o si el abismo del colchón es demasiado profundo. Reconocido el terreno, revisados los rincones oscuros, lentamente se abren los párpados. Todo es lento, también la luz que entra sin prisa entre las cortinas y difumina la negrura del cuarto. Sabe de su victoria, quizá, y por eso no es voraz ni cruel. También son lentos los ojos, lastrados por otros mundos y otros rostros y por palabras que nunca se han pronunciado, y todo se mezcla y se agarra a las retinas. Así, aún con la resaca del viaje, se acuestan los ojos sobre un hombro, allí, al otro lado del colchón, exploran una nuca, y declaran ese terreno, que sí reconocen, su república durante un instante. 
Ahora un pie con las uñas pintadas de rojo busca el horizonte y a su paso deja estelas de espuma. 
Una mano se agarra a la almohada: un intento nostálgico y blando de resistencia, el último. La otra es una cosechadora de paso tranquilo que araña el vientre de arriba abajo, de abajo arriba: revisa el campo después de la batalla, recuenta bajas, recupera heridos. 
Un rizo se desliza por la almohada, se deja caer al colchón y no hay estrépito ni avalancha. 
El pie alcanza al fin el horizonte y sabe que no hay más remedio que seguir, que cruzarlo. Duda: calcula con pereza los pasos que está por dar. 
La piel vibra, se tensa bajo las sábanas. 
Estalla en el cuarto como una risa de juegos, las sombras que se esconden y la luz que las busca bajo la cama, en los pliegues de las sábanas. Y en ese juego, las sábanas dejan al descubierto manos, vientre, piernas, piel: un cuerpo caliente y desnudo que de pronto se incorpora, como una decisión que se ha tomado hace mucho.


3 comentarios:

  1. me ha encantao, muy sutil y elegante, palabra tras palabra me has dejado sin las mismas.

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  2. @mac, gracias por pasarte y por dejarte las palabras por aquí.

    @PrincesaOno, seguro que sí te quedan pero gracias por usar unas pocas para comentar.

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