jueves, 2 de septiembre de 2010

Convertir tu ombligo en instrumento musical

Convertir tu ombligo
en instrumento musical.
Trabar tus aristas y las mías,
humedecer la piel
soplar.
Inventar una canción
en el filo de tu vientre,
improvisar un solo de pedorretas
que estalle en risa.
Cerrar los ojos y leer tus poros
como una partitura en braille.
Y sabiendo
que no hay más público
para este concierto,
que no hay telón
más allá de estas sábanas,
que solo habrá bis
si se te erizan las ganas,
agotar las notas.

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